El Acer negundo, comúnmente conocido como arce negundo o arce de hoja de fresno, es una especie que genera opiniones diversas entre los profesionales del sector. Su notable velocidad de crecimiento, su increíble capacidad de adaptación a suelos difíciles y su tolerancia a la contaminación urbana lo han convertido en una especie recurrente en proyectos de paisajismo y en ciertas actuaciones de restauración.
Sin embargo, esta misma rusticidad que lo hace valioso también exige un conocimiento técnico profundo para su correcta gestión, evitando que sus ventajas se conviertan en inconvenientes ecológicos.
Descripción botánica del arce de hoja de fresno.
Para comprender su comportamiento en el terreno, es fundamental conocer en detalle su biología. El Acer negundo pertenece a la familia de las Aceráceas (Sapindaceae según clasificaciones más recientes). Es un árbol originario de una vasta área de Norteamérica, desde Canadá hasta México, lo que explica su enorme plasticidad y adaptación a diferentes climas.
Es un árbol de hoja caduca, de crecimiento muy rápido, que puede alcanzar entre 15 y 20 metros de altura. Su copa es ancha e irregular y a menudo desarrolla varios troncos desde la base. En cuanto a su longevidad, es relativamente corta en comparación con otros arces, raramente superando los 80 a 100 años.
Su corteza es de un color gris pálido o marrón claro, con surcos poco profundos que se van marcando con la edad. Sus ramas jóvenes son de un característico color verde brillante, a menudo cubiertas por una capa cerosa blanquecina (glauca), y son bastante quebradizas, un factor a tener en cuenta en zonas ventosas o con nevadas.
Su follaje es una de sus señas de identidad. A diferencia de la mayoría de los arces, sus hojas son compuestas y pinnadas, formadas por 3 a 7 folíolos de forma ovalada y margen dentado. Esta morfología recuerda a las hojas del fresno (Fraxinus sp.), de ahí uno de sus nombres populares.
Respecto a su floración, se trata de una especie dioica, es decir, existen ejemplares macho y ejemplares hembra. La floración se sitúa a principios de la primavera, antes de que broten las hojas. Estas flores son poco vistosas, de color amarillo-verdoso y se agrupan en inflorescencias colgantes. Los frutos son las características disámaras (dos sámaras unidas) de los arces, que facilitan su dispersión por el viento a largas distancias.
El Acer negundo en la restauración paisajística.
En el ámbito de la restauración de terrenos degradados, el Acer negundo presenta atributos de especie pionera que pueden ser aprovechados en contextos muy específicos.
Su rápido crecimiento permite obtener una cubierta vegetal en poco tiempo, lo que ayuda a estabilizar taludes y a controlar la erosión superficial inicial. Su sistema radicular, fasciculado y extendido, contribuye a la sujeción del suelo. Es un árbol extremadamente tolerante a suelos pobres, compactados e incluso a periodos de encharcamiento, lo que lo hace adecuado para zonas degradadas por la actividad industrial o en riberas alteradas.
A pesar de estas ventajas, su uso en restauración debe ser extremadamente cauto. Su elevada capacidad de reproducción y dispersión lo convierten en una especie con potencial invasor en ecosistemas de ribera, donde puede desplazar a especies autóctonas como sauces (Salix sp.) o álamos (Populus sp.). Por ello, su plantación debe limitarse a entornos muy antropizados o urbanos, lejos de cursos de agua o espacios naturales protegidos.
Es conveniente consultar el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras y las normativas autonómicas, ya que en algunas zonas su uso está restringido. En este sentido, recordemos que se debe priorizar siempre el uso de especies autóctonas en proyectos de restauración ecológica.
Utilización del Acer negundo en jardinería y paisajismo urbano.
Es en el paisajismo urbano donde el arce de hoja de fresno ha encontrado su principal nicho. Su tolerancia a la polución atmosférica, a la salinidad de las calles tratadas contra el hielo y a las condiciones de suelo adversas de las ciudades, lo convierten en una opción interesante para alineaciones viarias, parques en zonas industriales y aparcamientos.
Este aporta una sombra rápida y densa, muy valorada en climas cálidos. Existen además variedades de jardinería muy populares, como el Acer negundo ‘Variegatum’ (con hojas de margen blanco) o el Acer negundo ‘Flamingo’ (con brotes rosados y hojas variegadas), que aportan un gran valor ornamental.
Entre los aspectos a tener en cuenta, la fragilidad de su madera obliga a una poda de formación y mantenimiento cuidadosa para evitar la rotura de ramas. También, su tendencia a producir chupones desde la base del tronco requiere un control periódico. Asimismo, puede ser susceptible al ataque del pulgón y atraer en gran número al insecto conocido como chinche del Arce negundo (Boisea trivittata) que, aunque inofensivo para el árbol, puede resultar molesto para los ciudadanos.
Otro factor a tener en cuenta es la elección del emplazamiento, que se deben evitar zonas estrechas o muy próximas a edificios debido al vigor de su crecimiento.
Cultivo del arce de hoja de fresno.
Para los viveristas especializados, el cultivo del Acer negundo es relativamente sencillo, aunque requiere de técnicas específicas para garantizar la calidad.
Esta especie se reproduce fácilmente por semilla. Estas presentan latencia interna, por lo que requieren un periodo de estratificación fría y húmeda (entre 1 y 5 °C) durante 60-90 días para garantizar una germinación homogénea. Las variedades ornamentales, en cambio, se propagan mediante injerto, generalmente sobre un patrón de la misma especie, para asegurar la transmisión de sus características.
Se adapta a una amplia gama de sustratos, siempre que garanticen un buen drenaje para evitar problemas radiculares en contenedor. Crece vigorosamente tanto en contenedor de gran tamaño, como a raíz en campo.
Es importante realizar una poda de formación en las primeras etapas para guiar un eje central dominante y una estructura de ramas bien distribuida, lo que reducirá los problemas de rotura en el futuro. Y tener en cuenta que es un árbol con altas necesidades hídricas y de nutrientes durante su fase de crecimiento activo.
Como vemos, el Acer negundo es un árbol de dos caras. Por una parte, es un árbol útil por su rusticidad y velocidad para soluciones rápidas en entornos urbanos y degradados, y por otra, un riesgo ecológico potencial si no se gestiona con el debido rigor profesional.