El 24 de noviembre, es una fecha que no fue elegida al azar, se conmemora la publicación, en 1859, de la obra seminal de Charles Darwin, «Sobre el origen de las especies mediante la selección natural, o la conservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida», comúnmente abreviado como El origen de las especies.

Es en este día cuando el calendario científico y social se detiene para honrar un concepto que define nuestra existencia y nuestro lugar en el cosmos, la evolución.

En este contexto podemos decir que la celebración del Día Mundial de la Evolución nace de la necesidad de establecer un faro que ilumine la comprensión científica del mundo natural.

Aunque la teoría de Darwin revolucionó la biología y la visión humana de sí misma, su plena aceptación fue un proceso gradual y, en ocasiones, polémico. El establecimiento de esta jornada, impulsado por comunidades científicas y educativas a nivel global, buscó originalmente consolidar el conocimiento evolutivo como una de las bases incuestionables de la ciencia moderna y promover su enseñanza rigurosa.

En esencia, se instituyó para celebrar no solo la figura de Darwin, sino el triunfo del método científico y la curiosidad humana en la decodificación de la historia de la vida.

Espiral ADN

Un espejo para la sociedad y la sostenibilidad.

La celebración de el Día Mundial de la Evolución va mucho más allá de los laboratorios y los museos de historia natural, resonando profundamente en el tejido social y en la urgente agenda medioambiental.

A nivel social, la comprensión de la evolución fomenta una visión de la humanidad como parte de un continuo biológico, derribando barreras conceptuales y promoviendo la humildad ante la inmensidad del tiempo profundo y la biodiversidad.

Nos recuerda que no somos una entidad estática, sino el resultado de un proceso incesante de adaptación y cambio. Esta perspectiva es fundamental para abordar desafíos globales, incentivando el pensamiento crítico y la toma de decisiones basada en evidencia.

Desde el prisma medioambiental y de la sostenibilidad, el concepto evolutivo es la columna vertebral de la ecología y la conservación.

La Biodiversidad, que se celebra aparte, pero está intrínsecamente ligada, es el producto directo de millones de años de evolución.

Familia de gorilas en la selva

La comprensión de los mecanismos evolutivos, como la selección natural y la adaptación, es crucial para predecir cómo las especies y los ecosistemas responderán al cambio climático, a la fragmentación del hábitat o a la aparición de patógenos.

Solo reconociendo que los organismos (incluidos los que nos rodean y los que usamos para la restauración) están en un flujo constante, podemos diseñar estrategias de conservación y restauración paisajística que sean resilientes y verdaderamente sostenibles a largo plazo.

Lemas del Día Internacional de la Evolución.

En los últimos cinco años, el campo de la paleoantropología y la genética evolutiva ha experimentado un ritmo vertiginoso, reescribiendo continuamente los capítulos más antiguos de nuestra historia para descifrar el origen de las especies. Entre sus principales avances recientes en la evolución humana destacamos:

2025: La Convergencia de tecnología y biología

Los avances de 2025 se centran en la aceleración tecnológica que impacta directamente en nuestra biología y cognición. La edición genética con CRISPR, (cortar y pegar secuencias de ADN), potenciada por la Inteligencia Artificial, promete terapias más precisas contra enfermedades hereditarias, modificando nuestra línea de salud. Otra mejora es la llamada «humanidad aumentada«, esta se manifiesta en prendas y calzado con tecnología que mejoran el rendimiento físico y la movilidad, redefiniendo los límites del cuerpo. Además, los tratamientos innovadores contra el envejecimiento, como los anticuerpos diseñados, sugieren una posible extensión significativa de la vida, alterando la presión evolutiva natural. Finalmente, el concepto de «inmortalidad digital«, mediante la clonación de la conciencia y la voz con IA, plantea profundas preguntas sobre la identidad y el futuro de la memoria humana. Algunos de estos avances plantean importantes debates éticos y riesgos, que deben siempre regularse para garantizar que todo ello se realice bajo estrictos protocolos de seguridad y consideración moral.

2024: Las investigaciones se volcaron en el análisis de materiales arqueológicos no-fósiles.

Un hito en este año fue la utilización de Inteligencia Artificial (IA) para la detección de nuevos yacimientos y el análisis de herramientas líticas. En el sur de México, un algoritmo de IA analizó imágenes LiDAR (crea modelos digitales 3D), identificando estructuras y asentamientos mayas desconocidos. Si bien no es directamente sobre el origen humano, esta aplicación de tecnología avanzada a la arqueología y el paisaje demostró un salto en la capacidad de mapear. La manera tan precisa de hacerlo nos ayuda a comprender los patrones de asentamiento y adaptación humana a gran escala, revelando cómo las poblaciones arcaicas interactuaron con sus entornos.

2023: Consolidación de técnicas de análisis de proteínas antiguas (paleoproteómica).

Este año se caracterizó por la consolidación de esta disciplina y se destacó un estudio que analizó proteínas dentales de homínidos, permitiendo la identificación de género y parentesco en restos demasiado fragmentados o antiguos para el análisis de ADN. La nueva capacidad de «leer» información biológica de fósiles de millones de años no solo mejoró nuestra resolución en la clasificación de especies, sino que también abrió una ventana sin precedentes a las dinámicas poblacionales de nuestros ancestros más lejanos.

Pinturas rupestres

2022: Atapuerca como epicentro para el estudio de la evolución humana temprana en Eurasia.

Un hallazgo crucial en el yacimiento de la Sima del Elefante en Atapuerca (España) aportó un fragmento de maxilar que, datado en torno a 1,4 millones de años, representaría los restos de homínidos más antiguos jamás encontrados en Europa Occidental. Aunque la especie aún está bajo debate, este descubrimiento obligó a reconsiderar las cronologías del primer poblamiento del continente europeo, sugiriendo una llegada más temprana y posiblemente a través de rutas múltiples, desafiando el modelo de dispersión única y reforzando la posición de Atapuerca como epicentro para el estudio de la evolución humana temprana en Eurasia.

2021: La aplicación de la paleogenética.

Un estudio destacado a través de la paleogénetica que es el análisis del material genético de restos de organismos muy antiguos, reveló la persistencia de un «población fantasma» de homínidos arcaicos, genéticamente distintos de Neandertales y Denisovanos. Estos homínidos dejaron una huella sutil pero significativa en el ADN de las poblaciones modernas, especialmente en el Sudeste Asiático. Esto reforzó la idea de que la historia del Homo sapiens es una red de mestizaje y migraciones mucho más intrincada de lo que se creía, con múltiples líneas evolutivas conviviendo y cruzándose fuera de África.

Estudio y avances científicos

Día Mundial de la Evolución en el sector de la Restauración Paisajística.

En nuestro sector, la Ingeniería Agrónoma y la Restauración Paisajística, celebramos el Día Mundial de la Evolución con una conciencia plena de su significado práctico.

Cada jornada como esta, en la que se honra el conocimiento científico y la inmensa historia biológica, nos recuerda la importancia de nuestra labor, no solo diseñar y gestionar paisajes, sino interactuar con ecosistemas vivos, dinámicos y en constante evolución.

La lección de Darwin es clara, el cambio es la única constante. Es nuestra responsabilidad, como profesionales de la ingeniería, la arquitectura, el paisaje y la gestión medioambiental, integrar este conocimiento en cada proyecto, promoviendo la biodiversidad, la funcionalidad ecológica y la resiliencia adaptativa.

Al sumar nuestras fuerzas con la ciencia y el compromiso social, avanzamos, paso a paso, en la noble tarea de hacer, entre todas las personas, un mundo mejor.