El cinamomo o árbol del paraíso, de nombre científico Melia azedarach, es una de esas especies de extraordinaria rusticidad, rápido crecimiento y notable valor ornamental, que la convierten en un árbol valioso tanto en proyectos de jardinería y paisajismo como en determinadas actuaciones de restauración.
Sin embargo, hay que tener en cuenta sus características, potencial y también sus limitaciones, especialmente en lo que respecta a su toxicidad y su potencial carácter invasor en ciertos ecosistemas.
Descripción botánica del cinamomo.
La Melia azedarach es un árbol de hoja caduca perteneciente a la familia de las Meliáceas, la misma que la caoba. Originario del sur y este de Asia, su cultivo se ha extendido por las regiones templadas y subtropicales de todo el mundo.
Respecto a su porte y crecimiento, presenta un desarrollo muy rápido, pudiendo alcanzar entre 10 y 15 metros de altura. Su copa, ancha y globosa, puede llegar a tener un diámetro de 4 a 8 metros, proyectando una sombra densa y agradable, lo que lo hace muy apreciado en climas cálidos.
Sus hojas son caducas, alternas y de gran tamaño, que pueden medir hasta 50 centímetros de largo. Son bipinnadas, compuestas por foliolos ovales y de margen aserrado. Su color es un verde oscuro brillante en el haz y algo más pálido en el envés, que antes de caer en otoño, adquieren una atractiva tonalidad dorada.
La floración se sitúa a finales de la primavera y es uno de sus mayores atractivos. Las flores, de unos 2 centímetros de diámetro, se agrupan en grandes panículas terminales, de 10 a 20 centímetros. Son de color lila o púrpura pálido y desprenden un intenso y agradable aroma que perfuma su entorno.
El fruto es una drupa globosa, de aproximadamente 1 a 1,5 centímetros de diámetro. Inicialmente de color verde, madura a un color amarillo pálido y persiste en el árbol durante todo el invierno, incluso después de la caída de las hojas. En su interior alberga varias semillas.
Es importante destacar que tanto los frutos como las hojas son tóxicos para el ser humano y la mayoría de los mamíferos si se ingieren, debido a la presencia de neurotoxinas como el meliatoxina, aunque las aves frugívoras suelen consumirlos sin problema, actuando como agentes de dispersión.
Aplicaciones de la Melia azedarach en la restauración del paisaje.
La rusticidad es la gran baza de la Melia azedarach en proyectos de restauración. Su capacidad para prosperar en condiciones adversas la convierte en una candidata interesante como especie pionera en terrenos degradados.
Se recomienda su uso en emplazamientos con suelos pobres, compactados o con un pH que puede llegar hasta 8,5. Su tolerancia a la sequía, a la salinidad y a la contaminación urbana es notable, permitiendo su establecimiento en taludes de infraestructuras, zonas periurbanas degradadas o áreas costeras.
Su rápido crecimiento ayuda a estabilizar el suelo de forma rápida y a generar una cubierta vegetal que facilita la posterior colonización por parte de otras especies más exigentes.
No obstante, su elección debe ser supervisada. En ecosistemas sensibles, su facilidad de dispersión a través de las aves y su rápido crecimiento pueden conferirle un carácter invasor, desplazando a la vegetación autóctona. Por ello, antes de incluirla en un proyecto de restauración, es necesario consultar las normativas locales y evaluar el riesgo ecológico real para la zona de actuación.
El cinamomo o árbol del paraíso en jardinería y paisajismo.
En el ámbito del paisajismo urbano y la jardinería, la Melia azedarach o árbol del paraíso es ampliamente apreciado por su valor estético y su bajo mantenimiento. Su copa densa lo convierte en un excelente árbol de sombra para parques, plazas y jardines privados de tamaño medio o grande. Es también una elección frecuente para alineaciones en calles y avenidas gracias a su resistencia a las condiciones urbanas.
Al planificar su plantación, se debe considerar la gestión de sus frutos. La caída masiva de las drupas puede ensuciar el pavimento y crear superficies resbaladizas, por lo que se debe evitar su plantación en zonas de paso intenso sin un adecuado plan de mantenimiento.
Por otra parte, su sistema radicular no es excesivamente agresivo, pero se recomienda, como con cualquier árbol de su porte, plantarlo a una distancia prudencial de edificaciones e infraestructuras subterráneas.
El cultivo del cinamomo.
El cultivo de la Melia azedarach en viveros especializados para restauración y paisajismo se centra en la obtención de plantas de calidad, con un sistema radicular bien desarrollado que garantice el éxito en el trasplante.
La propagación se realiza fundamentalmente por semilla. Para ello, los frutos se recolectan durante el invierno, cuando están completamente maduros. Para facilitar la germinación, es necesario despulpado el fruto para extraer las semillas y, en ocasiones, someterlas a un ligero lijado (escarificación) para romper la latencia de su dura cubierta.
Las plántulas jóvenes muestran un crecimiento vigoroso y se cultivan habitualmente en contenedores forestales o macetas de distintos volúmenes, dependiendo del formato final deseado.
Es un árbol que responde bien al trasplante y se adapta a una amplia gama de sustratos de cultivo, aunque prefiere aquellos con buen drenaje.
En cuanto al marco de cultivo en el vivero debe ser lo suficientemente amplio para permitir un correcto desarrollo de la copa y evitar la competencia por la luz, asegurando así una estructura equilibrada en la planta final.
Como curiosidad, su madera, de densidad media y veteado atractivo, aunque no es su uso principal en España, es valorada en ebanistería en sus zonas de origen.