La instalación de mantas y mallas orgánicas o sintéticas, como medida de control de la erosión, es una técnica actualmente muy desarrollada.

Las mantas y mallas orgánicas o sintéticas se encuentran clasificadas dentro del grupo de productos relacionados con los geotextiles.

Aplicación de mantas y mallas

Con la instalación de estas mantas y mallas, elaboradas con fibras orgánicas o sintéticas de polipropileno, de composición variable según el tipo y disposición de las mallas y fibras utilizadas, se consigue frenar la erosión laminar o en regueros, favoreciendo la formación de suelo mediante la retención de finos en escorrentía y el aporte de materia orgánica tras su descomposición.

Además, tienen la ventaja de controlar la evapotranspiración del suelo, regulando su temperatura, aumentando la infiltración de agua de lluvia, mejorando las condiciones de humedad presente en el suelo y con todo ello, favoreciendo la vegetación espontánea, la hidrosembrada o plantada sobre ellas.

La granulometría del terreno o la vegetación presente sobre el suelo va a determinar la instalación de una manta o una malla. Y dentro de una misma aplicación, el tipo e intensidad de la erosión que ha de soportar, determinará el tipo y la forma de fijación o su anclaje.

Son muchas las obras las que se pueden realizar con esta técnica, además de sus posibles combinaciones con otras técnicas de bioingeniería, plantaciones e hidrosiembra. Entre ellas se encuentran obras de restauración de taludes, de cunetas, de cárcavas, de márgenes de ríos, o como soporte de trepadoras o en el cerramiento de muros verdes.

Instalación de mantas y mallas

Mallas orgánicas

Las mallas orgánicas son geomallas. Por definición tienen una estructura plana, regular abierta y cuyos elementos que la configuran son mucho menores que sus aberturas, funcionando a tracción en aplicaciones geotécnicas y de restauración de la vegetación como elementos de soporte o de refuerzo.

Para la fabricación de estas mallas se utilizan materiales de origen natural, generalmente de origen vegetal como el yute, esparto o la fibra de coco.

Son mallas biodegradables, por lo que solamente deben ser usadas cuando es suficiente un control temporal de la erosión, hasta que la vegetación haya arraigado.

Entre sus diferentes funciones se encuentran la sujeción de las hidrosiembras, favorecer la retención de agua y la incorporación de materia orgánica al suelo según se biodegrada.

Mallas y redes sintéticas

Las redes sintéticas son mallas bidimensionales o tridimensionales fabricadas con fibras de polietileno de alta densidad que forman un entramado que refuerza y entrelaza el conjunto plantas-suelo.

Se encuentran dentro de los geosintéticos y están indicados para la ingeniería civil y la recuperación y estabilización de terrenos, en concreto:

  • Protección y estabilización de taludes.
  • Márgenes en terrenos erosionados.
  • Reverdecimiento de taludes en carreteras.
  • Refuerzo de pavimentos y zonas de paso.
  • Estabilización de suelos en caminos forestales y agrícolas.
  • Estabilización de tierras en construcción de diques.
    Etc.

Estas mallas y redes sintéticas poseen estructuras de gran capacidad para soportar esfuerzos de tensión y cuya función principal es la de reforzar el suelo para mejorar sus propiedades mecánicas. También proporcionan protección contra desprendimientos superficiales. En definitiva, soluciones eficaces para el control de la erosión.