El acolchado es una técnica que realiza múltiples funciones según su uso y materiales empleados. Es muy utilizada en agricultura y jardinería, pero no tanto en el mundo forestal.
Durante el proceso de plantación de árboles o arbustos en una forestación o reforestación, estos plantones se encuentran en condiciones extremas, fuera de los cuidados que venían recibiendo en los viveros. En ese preciso momento, la aplicación de un buen acolchado, les puede ayudar notablemente a su supervivencia y rapidez de implantación en el terreno definitivo.
¿Por qué es útil el acolchado en plantaciones forestales?
Tras la plantación de un árbol o arbusto forestal en el monte, este entra en competencia con otras plantas autóctonas, normalmente ya establecidas y, por lo tanto, con ventaja en la lucha por los recursos para su vida.
En esta plantación, partimos de plántulas con un relativo pequeño cepellón alveolar y con una edad comprendida entre uno y dos años solamente. Aunque en el vivero se cultivan estas plantas forestales con técnicas para que estén adaptadas a su entorno de destino, los riegos y fertilizaciones, nada tienen que ver en la nueva situación de campo.
Es ahí, en ese nuevo lugar y definitivo, cuando el acolchado en plantaciones forestales entra en acción, ayudando a estas plántulas a evitar la competencia que ejercen por los nutrientes y el agua, las llamadas ‘malas hierbas’.
Escardas manuales o químicas
Las soluciones tradicionales para evitar la competencia de hierbas son las escardas manuales o químicas. Cada una de ellas tiene sus particularidades. Por ejemplo:
Escardas manuales. Esta modalidad de escarda suele ser cara económicamente y más, es necesario hacerlas repetidamente y con frecuencia.
Y además hay que hacerla muy bien, si no, el motivo de realizarlas con frecuencia es porque, estas plantas no se suelen retirar, incluso no morir su sistema radicular, por lo que en breve vuelve a brotar y a veces incluso con más fuerza. A veces, con el arranque manual, si no se realiza bien, lo que se produce es una especie de poda aérea y se provoca la indeseada brotación.
Escarda química. La modalidad de escarda química consiste en el empleo de herbicidas. Para ello, de entrada, se precisa un conocimiento expreso de los mismos, mediante cursos impartidos para la obtención del carnet de aplicador de plaguicidas autorizado.
Su aplicación no está exenta de riesgos sobre las pequeñas plantaciones realizadas en la reforestación. Uno de los motivos es la volatilidad de muchas de estas substancias químicas, que si hay derivas por el viento o mala aplicación, puede afectar a los brotes tiernos de las plántulas. Esto se ve agudizado por la proximidad entre la vegetación plantada y autóctona.
Alterativa a las escardas tradicionales en plantaciones forestales
Una de las alternativas a las escardas tradicionales en plantaciones forestales son los acolchados textiles orgánicos o sintéticos. Estas técnicas son cada vez más empleadas y aconsejables.
Los acolchados textiles orgánicos o sintéticos consiste en colocar alrededor de cada plántula recién plantada, una vez limpia la tierra de alrededor, una superficie de material que impida la nacencia de hierbas a su alrededor.
Estas placas son diseñadas y cortados a las dimensiones adecuadas al tamaño del árbol y al método de cultivo.
Tanto los acolchados textiles orgánicos o sintéticos no únicamente realizan una función antihierba, también evitarán las pérdidas de agua por evaporación del suelo, así como favorecer la condensación de la humedad atmosférica en el entorno de las plantas.
Otra ventaja a añadir a este tipo de acolchados es que favorecen las relaciones de biodiversidad. Al respetar la vegetación lindante porque no compite con las de la plantación, finalmente permitirá establecer una mejor cubierta vegetal en la zona.
Diferencias entre acolchados orgánicos y sintéticos
Como avanzamos, existen, entre los acolchados textiles, básicamente dos tipos: los acolchados naturales, también llamados orgánicos, y los sintéticos.
Acolchados naturales u orgánicos
Los acolchados naturales u orgánicos son más fáciles de instalar. Basta con esparcirlos sobre la superficie a proteger y no necesitan ni tiempo ni materiales de fijación, por lo que precisan menos trabajo.
Estos poseen mayor adherencia al suelo con respecto a los sintéticos. Además, al ser orgánicos y, por lo tanto, descomponibles en el tiempo, no es necesario retirarlos porque terminan incorporándose al suelo.
En contra, a ser un material orgánico y suelto, suelen presentar mayores índices de contaminación por malas hierbas y su precio de venta al público es algo mayor que el de los sintéticos.
Acolchados sintéticos
Los acolchados sintéticos, necesariamente necesitan ser fijarlos muy bien al suelo para evitar que no sean arrastrados por el aire. Para ello, necesitan grapas o el aporcado de sus bordes con tierra del entorno. En ambos casos requiere más mando de obra para su implantación.
A favor, El acolchado sintético tiene mayor duración con respecto a los orgánicos. Terminado su tiempo de eficacia prevista, pueden ser retirados y reciclados. Su precio es más económico que los acolchados naturales.