El Día de las Reservas Naturales Fluviales pone en valor nuestros ríos, como las arterias que vertebran el paisaje, corredores de vida y fuentes de recursos indispensables. Sin embargo, durante décadas, muchos han sufrido alteraciones que han mermado su salud ecológica.

En este contexto, la existencia de tramos fluviales que conservan su dinámica natural y su elevada biodiversidad representa un tesoro de incalculable valor.

26 de agosto, Día de las Reservas Naturales Fluviales.

Cada 26 de agosto se celebra el Día de las Reservas Naturales Fluviales. También es cierto que, al tratarse en muchos casos de jornadas y actividades para su celebración, son muchos los organismos, instituciones públicas y privadas, empresas, etc. que lo celebran durante dos o más días.

Historia del Día de las Reservas Naturales Fluviales.

Para celebrar y proteger estos santuarios de la naturaleza, se estableció el Día de las Reservas Naturales Fluviales, una jornada dedicada a poner en valor los ríos mejor conservados de nuestro territorio.

Esta conmemoración tiene su origen en España, ligada a la figura de protección «Reserva Natural Fluvial», creada en el marco de la Directiva Marco del Agua europea y desarrollada en la Instrucción de Planificación Hidrológica.

El objetivo de esta figura es identificar y preservar aquellos tramos de ríos con muy escasa o nula intervención humana, garantizando la conservación de su morfología, su dinámica hidrológica y su riqueza biológica. La celebración de este día no solo busca visibilizar estas joyas ecológicas, sino también consolidarlas como un referente para la gestión y restauración de todos los demás cursos de agua.

Tramo de un río

¿Qué son las Reservas Naturales Fluviales?

Las Reservas Naturales Fluviales están constituidas por los ríos, sus tramos, acuíferos y masas o partes de ellas de agua dulce, que han sido declarados como tal por parte de organismos oficiales. Y lo han sido por sus singulares características, así como su importancia hidrológica con el objetivo de su conservación en estado natural.

Estas, como tal, constituyen una figura de protección que tiene como objetivo preservar los tramos de río donde la intervención humana es nula o escasa, por lo que no ha sido alterado su estado natural.

España cuenta actualmente con 222 Reservas Naturales Fluviales (RNF), siendo la primera en declararse como Reserva Natural Fluvial en el año 2015. Estas se encuentran repartidas en distintas demarcaciones hidrográficas y cuencas intercomunitarias y suman en total más de 3.000 kilómetros de tramos de ríos.

Todas ellas forman parte del Catálogo Nacional de Reservas Naturales Fluviales, pero son muchas más las que reúnen las condiciones ambientales y que sin duda aumentarán el número dentro de este catálogo, más pronto que tarde.

La conservación de los ríos.

La conservación de los ríos, para que estos no sufran interrupción ni contaminación, es vital que no se altere el flujo natural del Ciclo Hidrológico del Agua.

Los ríos sanos son capaces de revertir el cambio climático. El hábitat de un río incluye un número altísimo de organismos, como son el plancton, hongos, bacterias, vegetales, vertebrados e invertebrados, por lo que son ricos en biodiversidad.

Recordemos que este hábitat único es la fuente más importante de suministro de agua para uso agrícola y doméstico, nos ofrece agua limpia, recargan los acuíferos, actúan como filtros biológicos contra la contaminación, reducen los posibles daños ocasionados por las inundaciones, las sequías, etc.

La importancia del Día de las Reservas Naturales Fluviales.

La importancia del Día de las Reservas Naturales Fluviales va más allá del calendario ambiental; tiene una profunda repercusión social y profesional. Para quienes trabajamos en la restauración de ecosistemas, estas reservas son laboratorios a cielo abierto y el modelo de referencia.

Nos enseñan cómo funciona un río en equilibrio, qué especies vegetales de ribera, como sauces (Salix spp.), fresnos (Fraxinus angustifolia) o alisos (Alnus glutinosa), deben formar parte de nuestros proyectos de plantación, y cómo se estructuran sus comunidades para ser resilientes frente a perturbaciones como crecidas o sequías.

Para el ingeniero o el arquitecto paisajista, analizar la dinámica de estos tramos inalterados ofrece lecciones sobre cómo diseñar infraestructuras más sostenibles o aplicar soluciones basadas en la naturaleza para la laminación de avenidas y el control de la erosión.

A nivel social, esta jornada es una oportunidad para que la ciudadanía reconecte con sus ríos, entienda los invaluables servicios que nos prestan (depuración del agua, recarga de acuíferos, espacios de ocio) y se implique activamente en su defensa. Proteger nuestras reservas fluviales es, en definitiva, invertir en la salud y resiliencia de todo el territorio.

Celebración del Día de las Reservas Naturales y Fluviales

Jornadas del Día de las Reservas Naturales Fluviales.

Como se ha avanzado, se organizan diversas Jornadas en torno al Día de las Reservas Naturales Fluviales.

Como ejemplo, en el 2021, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), organizó para los días 26 y 27 de agosto, unas jornadas didácticas para dar a conocer y poner en valor estas figuras de protección.

Estas Jornadas en torno al Día de las Reservas Naturales Fluviales se celebraron de manera simultánea en 8 Reservas Naturales Fluviales declaradas y una propuesta de RNF de nueva declaración, correspondientes al ámbito de gestión de cada una de las 9 Confederaciones Hidrográficas.

Todas estas actividades organizadas fueron gratuitas, si bien las inscripciones, dirigidas a un público familiar, debían realizarse a través de las direcciones que facilitaron las pertinentes Confederaciones Hidrográficas.

Charlas didácticas, visitas guiadas por expertos en distintas reservas, muestreos de agua, observación de insectos y concursos fotográficos. Todo ello con la colaboración de las diferentes administraciones públicas y con los Ayuntamientos de los distintos municipios implicados en la realización de estas jornadas.

Lemas del Día de las Reservas Naturales Fluviales.

El enfoque del Día de las Reservas Naturales Fluviales ha evolucionado en el último lustro, reflejando las prioridades y desafíos del sector ambiental en cada momento.

Analizar los lemas de cada año nos ofrece una crónica de las preocupaciones y avances en la gestión y conservación de nuestros ecosistemas acuáticos.

2025: Renaturalización urbana: acercando el río a la gente.

El lema de este año 2025 aborda uno de los mayores retos y, a la vez, oportunidades para nuestro sector: la restauración de los tramos fluviales que atraviesan nuestras ciudades.

Con una creciente conciencia social sobre la necesidad de ciudades más verdes y habitables, la renaturalización de ríos urbanos se ha posicionado como una prioridad en las agendas políticas y de planificación territorial, en línea con los objetivos del Pacto Verde Europeo. El foco está en transformar los cauces canalizados y degradados en corredores ecológicos y sociales.

Este año, la documentación técnica y los congresos del sector, como el próximo Congreso Nacional de Restauración de Ríos, están poniendo sobre la mesa casos de éxito en los que la eliminación de barreras de hormigón y la creación de riberas naturalizadas no solo han mejorado la biodiversidad y la calidad del agua, sino que también han creado nuevos espacios públicos de alta calidad para el ocio y la educación ambiental.

Para los profesionales, esto implica un reto multidisciplinar: combinar la ingeniería hidráulica con el paisajismo, la ecología y la participación ciudadana para diseñar soluciones que sean seguras, funcionales y socialmente aceptadas, demostrando que un río sano es el corazón de una ciudad resiliente y saludable.

2024: El suelo de la ribera, la piel protectora del río.

En 2024, el foco se desplazó hacia un elemento a menudo olvidado: el suelo. Bajo este lema, se destacó la simbiosis indisociable entre un suelo de ribera sano y un ecosistema fluvial saludable.

Las jornadas y publicaciones técnicas se centraron en la importancia de la estructura y la bioactividad del suelo ribereño para la correcta infiltración del agua, la filtración de nutrientes y contaminantes procedentes de la agricultura, y la prevención de la erosión. Se presentaron estudios que cuantificaban la capacidad de retención de nitratos y fosfatos de un bosque de galería bien estructurado.

Este enfoque impulsó la difusión de técnicas para la recuperación de suelos degradados en proyectos de restauración, como el uso de enmiendas orgánicas, la descompactación o la aplicación de mulches para protegerlo durante las primeras fases de la plantación.

Para viveristas y empresas de implantación, se subrayó la necesidad de producir y utilizar plantas con un sistema radicular bien desarrollado, capaz de estabilizar el suelo eficazmente desde el primer momento, y de entender la restauración como un proceso integral que empieza por sanar la «piel» del río.

2023: Sequía y resiliencia: el papel de los ríos sanos.

El lema de 2023 estuvo principalmente marcado por la intensa y prolongada sequía que afectó a gran parte de la península ibérica. La atención se desvió hacia la capacidad de los ríos en buen estado ecológico para resistir y recuperarse de estos eventos extremos.

Se documentó cómo los acuíferos aluviales asociados a ríos no alterados, con riberas bien conservadas, mantenían un flujo base durante más tiempo y a temperaturas más bajas, creando refugios térmicos e hídricos para la fauna acuática.

Desde una perspectiva profesional, el mensaje fue claro: la restauración fluvial no es solo una medida de conservación de la biodiversidad, sino una estrategia fundamental de adaptación al cambio climático.

Se promovieron técnicas de bioingeniería y la restauración de llanuras de inundación como herramientas para mejorar la recarga de acuíferos y la capacidad de retención de agua en el territorio.

En cuanto al debate, se centró en cómo la «infraestructura verde» de un río sano proporciona una mayor resiliencia al conjunto de la cuenca que las soluciones grises tradicionales.

2022: Conectividad fluvial: recuperando el pulso del río.

En 2022, la conversación giró en torno a la conectividad ecológica, un concepto clave en la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos. El lema se fundamentó en la necesidad de eliminar barreras transversales obsoletas (azudes, presas) que fragmentan los ríos, impidiendo el movimiento de sedimentos y organismos acuáticos.

Las confederaciones hidrográficas intensificaron durante este periodo los programas de demolición de obstáculos, documentando casos de éxito donde, en pocos meses, especies de peces migradores como la trucha común (Salmo trutta) recolonizaban tramos aguas arriba que les habían estado vedados durante décadas.

Para el sector, este enfoque subrayó la importancia de ir más allá de la simple plantación de riberas. Se enfatizó la necesidad de una visión a escala de cuenca, donde la permeabilización de obstáculos se convierte en una actuación prioritaria de restauración. Los informes técnicos de ese año destacaron cómo la recuperación de la dinámica de transporte de sedimentos es vital para la regeneración natural de graveras, la creación de hábitats y la mitigación de la incisión del lecho del río, problemas muy extendidos en nuestros cauces.

2021: Ríos como refugios de biodiversidad.

Este lema puso el foco en el papel insustituible de las reservas fluviales como santuarios para la vida silvestre, en un contexto post-pandemia donde la sociedad revalorizó los espacios naturales.

La documentación técnica de ese año, impulsada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), se centró en la publicación de inventarios de especies y en la presentación de los resultados del seguimiento biológico en estas reservas.

Se buscaba evidenciar, con datos, cómo la ausencia de presiones humanas directas permite la recuperación de comunidades biológicas complejas y resilientes, incluyendo especies de macroinvertebrados sensibles a la contaminación, cuya presencia es el mejor bioindicador de la salud del río.

El mensaje clave para los profesionales fue la importancia de utilizar estas reservas como «ecosistemas de referencia» en los proyectos de restauración. Se promovió el análisis de su composición florística, como los bosques de galería de Fraxinus angustifolia y Ulmus minor, y la estructura de sus hábitats como modelo objetivo a replicar en tramos degradados.

Además, se hizo hincapié en la lucha contra especies exóticas invasoras, como el ailanto (Ailanthus altissima), que suponen una de las mayores amenazas para la integridad biológica de estos enclaves.

Actuaciones de conservación y mejora de las reservas naturales y fluviales

Lemas anteriores del Día de las Reservas Naturales Fluviales.

La celebración de este día ha ido consolidándose año tras año, poniendo el foco en distintas facetas de la importancia de los ríos bien conservados. Un repaso a los lemas de ediciones pasadas nos muestra una evolución en el discurso de la conservación fluvial:

  • 2020: Nuestros ríos, nuestro patrimonio seguro. En un año marcado por la pandemia, se resaltó el valor de estos espacios naturales como refugios de bienestar y salud cercanos y seguros.
  • 2019: Menos plásticos, ríos más vivos. El lema se alineó con la creciente preocupación global por la contaminación por plásticos, visibilizando su impacto devastador en los ecosistemas fluviales.
  • 2018: El valor de los peces migradores. Se puso el acento en especies emblemáticas como el salmón o la anguila, cuya supervivencia depende de ríos sin barreras y bien conservados.
  • 2017: Ríos sanos, ciudadanos sanos. Se subrayó la conexión directa entre la buena salud de los ecosistemas fluviales y la calidad de los recursos hídricos para el consumo y el recreo.
  • 2016: Descubre tus reservas naturales fluviales. En sus primeras ediciones, el esfuerzo se centró en dar a conocer esta nueva figura de protección y localizar en el mapa estos enclaves privilegiados.