La Hedera helix, perteneciente a la familia de las Araliaceas, se la conoce popularmente como hiedra o yedra. Es un rústico arbusto perennifolio trepador de una larga vida que puede alcanzar hasta 50 metros de longitud, provisto de raíces aéreas, del que se cultivan numerosas variedades por la forma, tamaño y tonalidad de las hojas, matizadas unas en amarillo y otras en blanco.
Es originario de Europa, Asia y Norte de África. Prefiere exposiciones húmedas y umbrías en suelos calizos con buen drenaje, rico en materia orgánica a ser posible. Se multiplica mediante esquejes y en general tolera las bajas temperaturas. Necesita de un riego regular, pero no excesivo.
Crece trepando sobre rocas, muros u otras plantas. Sus hojas son de un verde intenso, lustrosas y coriáceas. Las flores son verdosas, poco vistosas y agrupadas en umbelas. La autopolinización hace fructificar las bayas amarillentas tornándose negras. Estas son venenosas.
Comparte hábitats con otras especies típicas de ribera y sitios umbríos como Rubus ulmifolius, Clemantis vitalba, Populus alba, Celtis australis, Fraxinus angustifolia…
Por su rusticidad y aspecto lustroso atractivo se usa mucho en jardinería como tapizante del suelo a la sombra o cubriendo pérgolas, cercas y muros. Toda la planta es tóxica.