Uno de los usos de las Geoceldas, es el encapsulamiento de suelos para su refuerzo estructural en muros y su restauración vegetal.

Esta técnica se ve enriquecida por el relleno con tierra vegetal de la cara vista del muro sin perder sus propiedades mecánicas necesarias para la estabilización del terreno.

Así, una de las aplicaciones de este tipo de materiales plásticos es, en ingeniería civil, en la construcción de muros de contención de tierras para la estabilización de márgenes de ríos o encauzamientos, ofreciendo la posibilidad de transformar una obra convencional realizada para la estabilización de terraplenes con materiales clásicos a base de hormigón, en una de bioingeniería, mucho más amigable con el medioambiente y paisajísticamente más agradable, formándose taludes igualmente estables donde fijar vegetación que defienda a la vez los márgenes ante las crecidas.

Instalación de muros de encauzamiento con geoceldas

Un ejemplo de la instalación de muros de encauzamiento con Geoceldas es el realizado en el encauzamiento del río Guadaira en Sevilla. Este trabajo ha sido realizado por TRAGSA, donde las Geoceldas componen hasta 0,80 metros de profundidad de la cara vista del muro de encauzamiento de la ribera del río Guadaira, facilitando la permeabilidad transversal de sus márgenes y la diversificación ecológica.

En la construcción de este muro de encauzamiento se ha tenido en cuenta:

  • La especificación técnica de la geocelda.
  • La adecuada unión entre los distintos paños.
  • Una correcta instalación basada en una limpieza, apisonado y nivelación de la base del muro, el relleno y compactación entre las capas del geotextil con el material del propio lecho del río.

De esta forma, las Geoceldas conforman muros de contención para la protección de riberas, canales y márgenes de ríos, transmitiendo permeabilidad, flexibilidad, estabilidad, biodiversidad y sostenibilidad al emplear fundamentalmente recursos del entorno de la obra con el mínimo coste energético.