Carrascas, encinas de bellotas dulces… son algunos nombres populares con el que se conoce al Quercus ilex L. subsp rotundifolia. Este pertenece a la familia de las fagáceas y es un árbol de hojas perennes de hasta 15 metros de altura, aunque en ocasiones puede alcanzar hasta los 30. El Quercus ilex es capaz de crecer sobre todo tipo de suelos salvo los encharcados, arenosos o muy salinos, aunque prefiere los calizos secos. Produce flores amarillentas poco vistosas que dan lugar a un fruto, la bellota, comestible, en ocasiones dulce.
Es un árbol típicamente mediterráneo, soporta un amplio margen de temperaturas y las condiciones de estiaje seco y calido, lo que hace que presenten una amplia distribución dentro de la región mediterránea. Si bien, al desplazarnos hacia el norte peninsular la subespecie ballota se ve sustituida por Quercus ilex subsp. Ilex.
El Quercus ilex comparte hábitat con prácticamente todas las especies típicas del clima mediterráneo como por ejemplo Quercus suber, Quercus faginea, Quercus coccifera, Pinus halepensis, Retama sphaerocarpa, Rhamnus alaternus, Phyllirea latifolia…
Su corteza es rica en taninos, usados para curtir pieles. Su fruto sustenta una importante industria ganadera, con especial interés en la porcina. Su madera es muy dura y sólida, usada tradicionalmente para hacer aperos de labranza. Y por su importante valor calórico, su madera es un muy buen combustible y muy estimada en la fabricación de carbón.
