El Sistema Krismer constituye una solución idónea para conseguir una combinación de estabilización y revegetación, hasta en los taludes más difíciles.
Al principio de los años ochenta, en el pueblo de Landeck ubicado en los Alpes Austríacos, se puso en el sector del control de la erosión el sistema Krismer. Desde ese momento, el empleo de este sistema se expandió rápidamente por toda Austria, y casi de forma simultánea, también fue acogido por numerosos países como solución eficaz en temas de bioingeniería del paisaje.
En todas aquellas instalaciones en las que se ha empleado el sistema Krismer, ha demostrado ser una solución efectiva y permanente para la fijación o rehabilitación de taludes que hayan sido deteriorados por la erosión. También en aquellos taludes de creación reciente con riesgo de inseguridad.
Bien empleada esta técnica, con las mallas Krismer se obtiene un resultado final con un talud estable, verde, y sin más necesidad de mantenimiento, salvo la siega de hierba si es necesario.
¿Qué es el sistema Krismer?
El sistema Krismer es un método concreto de fijación de taludes, diseñado por J.Krismer Handelsgesellschaft m.b.H.
Este sistema se basa en una estructura de acero galvanizado, que forma una reja tridimensional de unos 80 milímetros de profundidad. Se emplea en la estabilización de taludes, anclando sobre la misma superficie del talud. Seguidamente, se rellena con una capa de grava y después, con una capa de tierra vegetal más o menos mejorada en función del terreno donde se está realizando la actuación. Por último, se procede a la siembra (puede ser mediante hidrosiembra) o plantación del talud con una vegetación autóctona de la zona en que se está ejecutando la obra.
Es importante cuidar la preparación de un sustrato adecuado para recibir la hidrosiembra, porque es un factor relevante para la colonización de especies herbáceas y arbustivas autóctonas, que con la humedad suficiente darán los resultados de estabilización requeridos.
Es evidentemente que la estructura base del sistema Krismer no es producto degradable y, por tanto, mantiene todas sus propiedades técnicas sobre el terreno de forma permanente.
Aplicaciones del sistema Krismer
Las aplicaciones del sistema Krismer son muy diversas. Entre ellas:
- En saneamientos de toda clase de carreteras, autovías.
- Obras ferroviarias.
- Pantanos.
- Estaciones de esquí, …
Además, estas mallas Krismer se destinan a la revegetación de todo tipo de taludes, incluido los rocosos y/o gunitados. Con él se consigue la estabilización de taludes mediante su malla estructural, bulones y anclajes, controlando el control de la erosión en taludes térreos y su integración paisajística.
Finalmente, la vegetación nueva protege la superficie contra los efectos de la erosión, a la vez de dar cobertura verde, natural y estética.
Mallas Krismer
Las mallas Krismer para control de la erosión y la restauración del paisaje, permiten la contención de suelos o sustratos en superficies muy inclinadas.
Las mallas tridimensionales metálicas de hasta 80 mm de altura son adecuadas para formar parte del sistema Krismer. Estas, por su porosidad, resistencia y capacidad de retener sustratos, son utilizadas en la estabilización de taludes de hasta 65º de pendiente por algunas empresas de restauración del paisaje.
Las denominadas mallas krismer de refuerzo, se emplean mediante su fijación al suelo mediante picas metálicas de perfiles T de hasta un metro de altura, que fijan barras transversales galvanizadas de Ø10 mm y tres metros de longitud mediante lazos metálicos de unión.
Sobre toda la estructura ya construida, se aporta el material granular y el sustrato, ya sea mediante extendido o bien bajo la técnica de gunitado. Una vez concluida la instalación, las malas Krismer permiten retener el sustrato, a la vez que la sujeción de la vegetación implantada sobre ella.
Materiales del sistema Krismer para control de la erosión
Como se ha avanzado, el sistema Krismer está constituido por diversos materiales.
Es destacable que las malla Krismer tridimensional y sus anclajes, deben ser todos ellos componentes metálicos y protegidos contra la corrosión. El objetivo es tener una estructura robusta y permanente en el tiempo.
En su concepción base, los materiales de un sistema Krismer son:
- Malla tridimensional volumétrica de acero galvanizado.
- Bulones de longitud variable en función del terreno.
- Barras de reparto y anclaje.
- Tierra vegetal para el correcto crecimiento de las plantas sembradas o plantadas.
- Hidrosiembra o replantación.
Los principales factores erosivos que corrigen este sistema son: la escorrentía superficial, la erosión eólica y el impacto de las gotas de lluvia.
Fases de instalación del sistema Krismer
Las fases de instalación del sistema Krismer pasan, tras el estudio previo del proyecto, la de una preparación previa del talud, la colocación y anclaje de la malla Krismer, su relleno y finalmente la siembra o plantación de especies vegetales.
Tras su instalación, su durabilidad o vida útil de la estructura, está estimada que sea mayor de 50 años, por lo que la cataloga como estructura de carácter permanente