El Cotoneaster horizontalis es una de las especies de este género apta para su uso en trabajos de jardinería pública o privada. Incluso, dado que, mediante podas, puede mantenerse en tamaños muy pequeños, también es utilizado en jardines pequeños y cultivo en modalidad bonsái.

Por su follaje, posee un buen aspecto ornamental durante todo el año, si bien, es en otoño e invierno, cuando sus frutos están con pleno colorido, cuando este valor ornamental es mucho mayor.

Su crecimiento arbustivo y porte, hace al Cotoneaster horizontalis una planta apropiada para crear setos informales y utilizarla como planta cubresuelo y en rocallas.

Cultivo de Cotoneaster horizontalis

La planta Griñolera.

La planta Griñolera es como popularmente se conoce al Cotoneaster horizontalis. También como Cotoneaster horizontal, aunque en menor medida.

Es una planta que tiene su origen en el oeste de China, que crece de forma arbustiva con cierto porte rastrero y se comporta como arbusto de hoja caduca o semicaduca según el clima. En condiciones normales alcanza una altura de entre 30 y 80 centímetros, y en anchura, su masa foliar puede llegar a los dos metros de diámetro.

Sus ramas, y de ahí su nombre (horizontalis) crecen horizontales y dispuestas en forma de espina de pescado. En su conjunto, conforman una densa mata que la hacen ideal para cubrir superficies de suelo y crear atractivos setos.

Respecto a sus hojas, son de pequeño tamaño, entre medio centímetro a uno y medio. De color verde brillante por el haz y glauco por el envés, tienen una forma oval, aunque bastante redondeadas. Crecen alternas, en disposición dística y adquieren tonos anaranjados y rojizos en otoño, sumando mayor atractivo ornamental a sus frutos.

En España florece abundantemente entre primavera y verano y lo hace con flores de color rosa o blanco sin exceso de valor ornamental.

Con la llegada del otoño, sus frutos toman un color intenso que, según la variedad, pueden ser principalmente rojo o anaranjado. Tienen forma de bayas, conteniendo de tres a cinco semillas y se muestran en la planta durante varios meses.

Existen diferentes variedades de Cotoneaster horizontalis, así como genotipos fruto de la selección de los viveristas. Como resultado, se pueden encontrar plantas de esta especie con crecimientos más o menos compactos, creando tipos más interesantes para según en qué jardines se planten.

Cultivo de Cotoneaster horizontalis

Cultivo del Cotoneaster horizontalis.

El cultivo del Cotoneaster horizontalis se realiza en viveros especializados. Y se puede reproducir tanto por semilla como por esqueje. En caso de semilla, están convienen que tengan un tratamiento de frío para mejorar su germinación.

Cuando su destino es la jardinería y obra pública, su cultivo se realiza en bandejas de alvéolos forestales, con una capacidad de alvéolo que varía de 200 a 1.200 centímetros cúbicos, dependiendo del tiempo de cultivo en bandeja.

En caso de que su destino sea la jardinería privada, suelen ser cultivadas en macetas o contenedores de 14 a 18 centímetros de diámetro, generalmente.

Su cultivo se realiza, tras su germinación o enraizado, en instalaciones bajo malla de sombreo o monofilamento, o al aire libre, según la climatología reinante.

El riego durante el cultivo es moderado y su abonado de crecimiento, del tipo 18-12-24 más oligoelementos.

Hojas de Cotoneaster horizontalis

Cuidados del Cotoneaster horizontalis en jardinería.

El Cotoneaster horizontalis es una planta bastante rústica, por lo que sus cuidados son mínimos. Esto le favorece como planta para jardines de bajo mantenimiento.

Su exposición puede ser a pleno sol o semisombra, siendo en la medida de lo posible, evitar que esté expuesta a vientos intensos o continuados. En zonas sombrías, su floración disminuye notablemente.

Su marco de plantación irá en función de factores como: si se planta para seto, como planta unitaria o para crear masas cubresuelos. En este último caso, aunque con el tiempo una sola planta puede cubrir de uno a dos metros cuadrados, su densidad de plantación puede ser mayos para acelerar el proceso.

Crece bien sobre suelos no demasiado húmedos y bien drenados, aunque estos sean algo pobres, e incluso con algo de exceso de cal.

Es muy resistente al frío, soportando heladas ligeras. En cuanto a la poda, no suele necesitarla de por sí, quedando esta, relegada a su limpieza de ramas dañadas o secas, con crecimiento enmarañamiento o que sobresalen en exceso.

Sí es interesante, cada tres o cuatro años, realizarle una poda de rejuvenecimiento, rebajando la mata notablemente.

Respecto a las plagas y enfermedades, si la planta posee un suelo adecuado, buena exposición y nutrición vegetal, prácticamente carece de ellas y en caso de aparecer pulgones, ácaros, etc. típicos de una jardinería, controlando el conjunto vegetal, el Cotoneaster horizontalis vegetará vigoroso y sano.