Tanto en la restauración de paisaje como en jardinería y paisajismos, el uso de mantas antihierba biodegradables son utilizadas con éxito.
La principal característica que diferencia a las mantas antihierba biodegradables es su capacidad para descomponerse de manera natural y segura en el medioambiente con el tiempo.
La función de estas es controlar el desarrollo de malas hierbas de una forma respetuosa con el medioambiente, a la vez que mantienen la humedad del suelo y lo protegen de la erosión por escorrentía y fuertes vientos.
Manta o malla antihierba biodegradable.
Como sucede con otros productos en diversos ámbitos y actividades empresariales, se dan casos de dualidad a la hora de referirse a un determinado producto.
Para entenderlo, hay ejemplos en el ámbito de la construcción, como es el de las mamparas de oficina. En este caso, es habitual referirse a ellas indistintamente como mamparas de vidrio o mamparas de cristal, sabiendo que el material técnicamente correcto es vidrio y no cristal: dos materiales totalmente distintos.
Otro ejemplo, en este caso, en el ornamental, es habitual referirse a las flores de forma genérica como tales (flores), indistintamente de sí verdaderamente lo son, o se trata de inflorescencias. Un ejemplo claro son las flores de margaritas o girasoles, que realmente son inflorescencias y, por lo tanto, agrupaciones de flores.
Lo mismo sucede en este caso: referirse a este material como malla antihierba biodegradable o manta antihierba biodegradable. La definición correcta es manta y no malla como consecuencia de su proceso de fabricación.
Las mantas antihierba biodegradables son un geotextil no tejido (GNT) 100% biodegradable y compostable, elaborado mediante el entretejido de fibras de yute sobre un soporte sintético muy liviano de friselina.
En cambio, las mallas antihierbas tradicionales son un tejido antihierba 100% biodegradable y compostable. Elaboradas por el biopolímero al 100% ácido poliláctico o bien, por una combinación del biopolímero ácido poliláctico y una fibra natural procedente del cáñamo o similar.
Dicho esto y en el contexto de este artículo, hay que matizar que siempre nos referimos a mantas antihierba biodegradables y no mallas antihierba biodegradables, que es otro material geotextil.
Usos de una manta antihierba biodegradable.
Como ya hemos avanzado, las funciones de estas mantas antihierba biodegradables tiene diversos usos. Entre ellos:
- Evitar el desarrollo de malas hierbas de una forma respetuosa con el medioambiente. De esta forma, evita la competencia por nutrientes y agua con las plantas deseadas.
- Mantener la humedad del suelo. Aunque son traspirables, también aportan un efecto mulching y con ello reducir notablemente la evaporación del agua del suelo.
- Proteger el suelo de la erosión por escorrentía y fuertes vientos. Estas mantas antihierba biodegradables, bien fijadas al terreno, evitan que el paso de la escorrentía del agua, arrastre el suelo y con ello crear cárcavas o desplazamiento de suelo indeseado.
- Contribuir a la sostenibilidad. Al ser biodegradables, reducen el impacto ambiental en comparación con las mallas antihierba de plástico convencionales, que pueden persistir durante mucho tiempo en el suelo y causar contaminación.
- Mejorar el suelo. Al descomponerse, estas mallas aportan materia orgánica al suelo, enriqueciéndolo y mejorando su estructura.
- Facilitar la plantación. Una vez extendidas y fijadas al suelo, es sencillo perforar la manta antihierba biodegradable y plantar los plantones que restaurarán la vegetación. Al tener una visión de la superficie más limpia, también permite un trabajo de distribución de su plantación más eficaz y rápida.
- Estabilización de taludes y laderas. En proyectos de restauración donde se trabaja en laderas o taludes, las mantas antihierba biodegradables pueden ayudar a prevenir la erosión y mejorar la estabilidad del terreno durante el proceso de recuperación.
Ventajas del uso de las mantas antihierba biodegradables.
Entre las ventajas del uso de las mantas antihierba biodegradables con respecto a los tradicionales tejidos antihierba sintéticos, se encuentran:
- Su efectividad durante al menos 3 años, degradándose totalmente al final de su vida útil y sirviendo de abono para las plantas. Como podemos ver, su vida útil es menor, pero lo suficientemente larga para cumplir su función y terminando de forma más eficiente, medioambientalmente hablando.
- Tener un aspecto natural, por lo que no requiere ser recubierto con grava o corteza decorativa, dando lugar a un buen acabado de las obras. Es un factor importante, ya que mitiga el impacto visual.
- Tiene una excelente estabilidad a los rayos UVA por lo que mantiene sus propiedades funcionales durante toda su vida útil.
- Se trata de un material ligero y fácil de cortar e instalar. Por su peso, presentación en rollos desplegables, etc. se manipula fácilmente y permite cubrir grandes superficies en poco tiempo.
Biodegradable o fotobiodegradable.
Los términos biodegradable o fotobiodegradable, si bien ambos implican que un material o producto termina descomponiéndose en un periodo relativamente corto, en el caso de los biodegradables, se realizará mediante la acción de los microorganismos. En cambio, los fotobiodegradables, necesitan la acción de la luz para ello.
Estos dos procesos de degradación implican notables diferencias. Los biodegradables pueden ser cubiertos por la propia vegetación o tierra, y su proceso seguirá su curso. Los fotobiodegradables, al necesitar la incidencia de la luz solar sobre ellos, sin esta no les llega, su degradación queda pausada, permaneciendo la malla o manta en el lugar durante muchísimos años.
¿Dónde se suelen emplear las mantas antihierba biodegradables?
Las mantas antihierba biodegradables se emplean en una variedad de áreas y proyectos relacionados con la restauración del paisaje, el paisajismo y la jardinería, aunque hay más ámbitos de aplicación dada su funcionalidad y la característica de ser biodegradable.
Algunos ejemplos son su uso en trabajos de jardines domésticos, en huertos o cultivos agrícolas, en zonas verdes y parques, en áreas de siembra y viveros, etc. Actividades que se suman las ya mencionadas de áreas de reforestación, paisajismo comercial y proyectos de restauración ambiental.